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La electromovilidad y su implicación en las estaciones de servicio tradicionales

En Colombia, la electromovilidad ha tenido un crecimiento significativo en los últimos años, impulsado por políticas públicas, incentivos económicos y alianzas estratégicas entre el sector público y privado. Sin embargo, aún existen desafíos para consolidar esta transición energética, como la ampliación de la infraestructura de carga, la diversificación de la oferta de vehículos, la capacitación del talento humano y la sensibilización de los usuarios. En este artículo presentamos una introducción a la electromovilidad en Colombia, sus beneficios, retos y perspectivas de desarrollo.


Empecemos definiendo la electromovilidad como el uso de vehículos eléctricos que se alimentan de baterías recargables en lugar de combustibles fósiles. Esta tendencia tiene una gran implicación en las estaciones de servicio tradicionales en Colombia, ya que supone una disminución de la demanda de gasolina y diésel, y un aumento de la necesidad de infraestructura para la recarga de los vehículos eléctricos.


¿Cómo pueden adaptarse las estaciones de servicio a la electromovilidad y seguir siendo rentables?

Las estaciones de servicio tradicionales deben adaptarse a este cambio tecnológico y ofrecer servicios complementarios que atraigan a los usuarios de la electromovilidad, como puntos de recarga rápida, espacios de descanso, tiendas, cafeterías, etc. Así, podrán mantener su rentabilidad y competitividad en el mercado, y contribuir a la transición hacia una movilidad más sostenible y eficiente. Algunos ejemplos de estaciones de servicio que se han adaptado a la electromovilidad son: Ecopetrol, que ha instalado más de 50 puntos de recarga en diferentes ciudades del país; Terpel, que ha creado una red de estaciones con energía solar y puntos de recarga; y Primax, que ha incorporado puntos de recarga rápida en sus estaciones Premium.


Una opción es ofrecer puntos de recarga para los vehículos eléctricos, aprovechando la infraestructura existente y la ubicación estratégica de las estaciones. Sin embargo, este servicio requiere una inversión inicial en equipos, permisos y tarifas eléctricas, así como una gestión eficiente de la demanda y la oferta de energía. Además, el tiempo de recarga de un vehículo eléctrico es mucho mayor que el de uno de combustión, lo que implica una menor rotación de clientes y una menor rentabilidad por venta.


Otra opción es diversificar los servicios y productos que ofrecen las estaciones de servicio, convirtiéndose en centros de movilidad integral. Esto implica ampliar la oferta de servicios complementarios, como tiendas, cafeterías, talleres, lavaderos, alquiler de bicicletas o patinetas eléctricas. De esta forma, se puede atraer a un mayor número de clientes, tanto de vehículos eléctricos como de otros modos de transporte, y generar ingresos adicionales por servicios de valor añadido.


La electromovilidad es un desafío, pero también una oportunidad para las estaciones de servicio tradicionales. Para aprovecharla, es necesario anticiparse a las necesidades y expectativas de los clientes, innovar en la oferta de servicios y productos, y adaptarse a las nuevas regulaciones y tendencias del mercado.


La electromovilidad tiene varios beneficios para Colombia, tanto ambientales como económicos y sociales. Algunos de estos beneficios son:

- Reducción de la dependencia del petróleo y de las emisiones de gases de efecto invernadero, lo que contribuye a mitigar el cambio climático y a mejorar la calidad del aire y la salud de la población.

- Ahorro de costos en combustible, mantenimiento y reparación de los vehículos eléctricos, que tienen una mayor eficiencia energética y una menor necesidad de piezas mecánicas.

- Generación de empleo e innovación en el sector de la movilidad eléctrica, que requiere de personal capacitado, infraestructura de recarga, servicios asociados y desarrollo tecnológico.

- Aprovechamiento del potencial hidroeléctrico y renovable de Colombia, que puede proveer energía limpia y barata para alimentar los vehículos eléctricos y reducir la huella de carbono del transporte.

- Mejora de la competitividad y la integración regional, al estar alineados con las tendencias globales y los compromisos internacionales de reducción de emisiones y transición energética.


Colombia ha avanzado en una ruta hacia la electromovilidad, con un crecimiento significativo en las matrículas de vehículos eléctricos e híbridos en los últimos años, impulsado por incentivos tributarios, normativos y financieros. Sin embargo, el país aún enfrenta desafíos para consolidar este modelo de movilidad sostenible, como la falta de infraestructura de carga, la baja penetración en el transporte público y de carga, y la necesidad de fortalecer la generación de energía renovable. La electromovilidad ofrece beneficios ambientales, económicos y sociales para Colombia, siempre y cuando se articulen acciones entre el gobierno, el sector privado y la sociedad civil para superar las barreras existentes y aprovechar las oportunidades que brinda esta tecnología.


La electromovilidad es una oportunidad para Colombia de avanzar hacia un desarrollo sostenible, inclusivo y resiliente, que beneficia a todos los sectores y actores involucrados en el sistema de transporte.

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